La Maleta

Soy profesor de Geografía e Historia y un apasionado de los viajes. Si quieres conocer el mundo, su historia y sus paisajes, debes coger tu maleta, no muy llena para poder traerte cosas y recuerdos, y salir a los caminos, aeropuertos, carreteras y lo que sea. Cualquier cosa menos quedarse en casa.
Con mi labor quiero transmitir mi pasión: conversando, escribiendo, colaborando en radio y lo que haga falta, porque adoro conocer cosas nuevas. Me enriquece. ¿Te apetece acompañarme? Conocerás lugares, curiosidades y los sitios que bajo mi criterio son imprescindibles y no os podéis perder ¿Hacemos la Maleta?

lunes, 13 de abril de 2020

Crónica de un viaje al corazón del perpetrador (Casa Wannsee, Sachsenhausen y Berlín)

Del 17 al 21 de diciembre de 2019, un servidor y otros 12 compañeros/as procedentes de toda España, hemos realizado un curso de formación sobre la didáctica del Holocausto en Berlín (Alemania) disfrutando de una beca concedida por el Centro Sefarad-Israel y la Casa Wannsee de Berlín.

Grupo de docentes que ha asistido al curso sobre didáctica del Holocausto
organizado por el Centro Sefarad-Israel y la Casa Wannsee
Ha sido una gran experiencia que nos ha permitido conocer la visión del perpetrador y como se ha mantenido el recuerdo de la Shoá en memoriales, monumentos varios y en los planes de educación y formación, no solo para jóvenes, sino también para grupos profesionales de adultos. Aquí os dejo un vídeo resumen que ha hecho el centro Sefarad-Israel sobre nuestra experiencia.



En 2018 tuve la suerte de disfrutar de una beca de la Escuela Internacional de Estudios para el Holocausto Yad Vashem en Jerusalén (que becaba también la casa Sefarad-Israel) y en aquella ocasión vimos la visión de las víctimas y como se esfuerzan en recordar, en no olvidar, para preservar la memoria de millones de inocentes que fueron asesinados en la primera mitad del siglo XX.

Esta vez la cosa era distinta... ¡Muy distinta!

Escalera interior de la casa Wannsee
Ir al corazón del perpetrador es como meterse en la boca del lobo. Las sensaciones son muy distintas. Pisar el mismo suelo que los nazis, respirar el mismo aire, contemplar el mismo horizonte, compartir el mismo espacio en el que estuvieron no hace demasiado tiempo, una serie de seres humanos deleznables, es muy intenso.

Hay que alabar de alguna forma el intento que el gobierno alemán realiza para preservar la memoria de estos hechos que no se deben olvidar, precisamente para que no se vuelvan a repetir. Recordar está bien, prohibir el recuerdo o la apología del nazismo y considerarlo un delito penal, es lo más acertado que se puede hacer. Intentar evitar que alguno de esos lugares se convierta en un lugar de culto para los neonazis es meritorio y siempre se tiene que estar atento para evitarlo. Hacer "cierta" justicia al recuerdo de las víctimas políticas, raciales, religiosas, médicas, mentales, etc., también está muy bien, aunque para mi la principal diferencia estriba en el tratamiento de las personas. Me explico.

En Alemania se tiende a generalizar, a hablar de cifras y no de nombres en lo referente a las víctimas. Los monumentos y memoriales hablan de grupos de personas, pero en general, sin entrar en detalles. En cambio, en Yad Vashem el esfuerzo es el contrario, se trata de recuperar la memoria de cada una de las víctimas, nombre por nombre, historia por historia, objeto por objeto. Los alemanes se preguntan por qué lo hicimos. Los judíos se preguntan entre otras cosas, por qué a nosotros.

Parte trasera que da al lago de la Casa.
Las circunstancias son diferentes. Durante muchos años en Alemania, un país dividido en dos mitades, con una fuerte presencia de exnazis en el gobierno y el funcionariado en la RFA, fue muy difícil afrontar la recuperación de la memoria. Era un tema tabú. nadie hablaba de ello, se ocultaba... ¿Por vergüenza? ¿Por autoprotección? ¿Por otras cuestiones? Tuvo que ser muy difícil para las víctimas sobrellevar esta situación. Y en la RDA hubo algún intento, pero muy politizado, buscando rédito a favor de las posturas comunistas y antifascistas. Una visión sesgada y manipulada. Otra utilización más de la memoria de las víctimas.

El autor del artículo en la puerta principal de la Casa Wannsee
Tras la caída del Muro y la Unificación de Alemania hay un claro intento de recuperar dicha memoria, de no negar la realidad, de evitar posibles exaltaciones o cultos poco recomendables, en pos de la democracia y de los valores humanos. Desde este punto de vista, sinceramente creo que lo han hecho bastante bien. Les queda aún mucho que hacer, pero se va por el buen camino. Creo que cumplen en gran parte los preceptos básicos de una buena política de preservación de la memoria:

  • la verdad es el camino para la reconciliación, no la neguemos. 
  • También que es necesario perdonar, pero no olvidar y perseguir cualquier vestigio de nazismo, totalitarismo o apología de tiempos pretéritos. 
  • Pero la tercera premisa, la de que no hay futuro sin perdón, creo que es de la que hacen gala los alemanes. Son una gran nación, con mucha capacidad, culta, sabia, organizada, eficiente... Se ve por todos los lados. Han seguido adelante, se han levantado de nuevo, han resurgido cual ave fénix y además son capaces de convivir con memoriales y monumentos que les recuerdan las cosas horribles que han hecho. Y eso es un síntoma de madurez que en otros países como el nuestro por poner solo un ejemplo, aún no se ha conseguido, y no sé si alguna vez se conseguirá. 
Estación de tren de Wannsee
Está claro que han pasado ya un par de generaciones y que casi nadie queda vivo de los que protagonizaron aquel horror. Muchos de los habitantes actuales de Alemania ya no se sienten responsables de aquella locura y tienden a proclamar que tienen muy claro lo que pasó, cuál fue el error, pero que no van a cargar eternamente con la culpa. Está bien que el gobierno asuma el papel de generador de esos espacios de memoria, recuperándolos, convirtiéndolos en un recurso educativo eficaz y necesario para la reconciliación, para el perdón y para el avance. Sin olvido, pero con perdón. Asumiendo el hecho pero sin cargarles con la losa de la responsabilidad eterna. Si conocemos y recordamos la barbarie será más difícil que vuelva a suceder. Esta afirmación es positiva y optimista. Mucha gente no está de acuerdo con ella, pero... ¿Por que negarnos a creer en que el género humano no puede aprender de sus errores? De hecho, yo trabajo día a día para transmitir esta idea. Quiero creer que en algún momento, tendré éxito aunque sea de manera parcial. Tengo fe en el género humano y tengo fe en la juventud que sale de mi aula. 

El grupo de docentes en la Casa Wannsee.

El primer día estuvimos por la mañana en la Casa Wannsee, lugar en el que se realizó el 20 de enero de 1941 la famosa reunión en la que quince cargos del III Reich dirigidos por Heydrich y Eichmann entre otros, tomaron la famosa "Solución Final" a la cuestión judía, es decir, la organización del asesinato sistemático de todos los judíos de Europa. Elke Griglewsky, la directora del departamento educativo del Centro de Estudios y Memorial de la Casa Wannsee nos recibió amablemente y nos dio un curso exprés sobre el planteamiento didáctico del memorial, ahora convertido en centro educativ. Es un sitio de la memoria relativamente reciente, ya que fue inaugurado en 1992. Antes había sido imposible por las circunstancias políticas que dividieron las dos alemanias y que hizo que esta casa recayera en la zona occidental, la RFA que tuvo políticos que impidieron iniciativas de recuperación de la memoria por las circunstancias anteriormente planteadas. 


Lago ubicado a espaldas de la Casa Wannsee

León ubicado en el lago,
junto a la casa Wannsee
Esta casa fue en la Alemania del III Reich un centro de recreo y lugar de celebración de reuniones de las SS. Solamente con la mención de esta organización dirigida por Himmler, solamente con saber que subes las mismas escaleras que subieron Heydrich, Eichmann y otros energúmenos poderosísimos y temibles, con botas altas de cuero diseño de Hugo Boss, se te ponen los pelos como escarpias. Y más, compartiendo estancia. Cuando te dicen que "en esta sala" se decidió el triste futuro (asesinato planificado y masivo, exterminio irracional y metódico) de 11 millones de judíos europeos, es difícil mantener la concentración, pues el corazón reclama atención. Debes aplacar los sentimientos mientras sigues atento la explicación y el desarrollo del curso. 

El acercamiento pedagógico que hacen no es cronológico, sino más bien un intento de acercarse a la vida cotidiana de la Casa y las personas que la habitaron en aquella época. Se trabaja con muchos documentos, con grupos pequeños y más con colectivos de adultos que con jóvenes (que también). Además, la casa tiene un pequeño museo y se convierte de esta manera también en un atractivo turístico, una cuestión importante a mencionar, pues saber combinar la atracción turística con el mensaje que se quiere lanzar de recuerdo y memoria en ocasiones es complicado. Aunque la sobriedad y la falta de exageraciones de la cultura alemana, creo que hacen de este doble acercamiento un acierto.

La política de consenso a la que se llegó en estos primeros años tras la unificación alemana se llamó Beulsbacher y se basaba en tres premisas:
  • No atropellar sentimientos con el uso indebido de imágenes explicitas.
  • La norma de la controversia (no dar cosas por sentado y trasmitir de forma directa la información, sino que debemos dejar espacio para la reflexión)
  • La multiperspectividad (no centrarnos solo en la visión de la víctima, ni en la del perpetrador tampoco, sino en todas las visiones y desde varios enfoques, lo que hará que podamos comprender la cuestión de forma más completa y general).
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Escena de la película "La Solución Final" de Frank Pierson que recrea la infame reunión.
Es un consenso que se está discutiendo bastante últimamente. Es difícil enseñar valores democráticos desde una perspectiva de una época no democrática. Es difícil enseñar a no imponer visiones si tratamos de imponer la nuestra. El alumnos solo aprende si viene porque quiere... Aunque esto no significa que todo esté permitido, pero si los docentes no estamos motivados y concienciados con la actividad de memoria que queremos realizar, se conseguirá justamente el efecto contrario. Y en ese caso el peligro es evidente. No puedes limitarte a decir lo que quieres, sino a hacerles pensar, a desarrollar el espíritu crítico. Esa es una de las claves.

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Vista aérea del Museo Judío
Por la tarde, ese primer día, acudimos al Museo Judío de Berlín. Otra gran experiencia para los sentidos y para los sentimientos. El museo no es un simple lugar que contiene objetos. Es todo lo contrario. Es un lugar cuya arquitectura ultra-moderna pretende transmitir sensaciones e ideas que te hagan reflexionar. Es pura, una arquitectura que transmite. Voy a tratar de explicar lo que el autor del edificio Daniel Libeskind pretende transmitir. El edificio está hecho para describir las tensiones vitales de la sociedad judío-alemana a partir de dos ejes, el que conduce al exilio y el que conduce a la muerte. Hasta las escaleras pretenden mandar un mensaje y la distribución de las luces, el número y disposición de las ventanas... Y en esos ejes se colocan unos espacios vacíos, dotados de gran contenido emocional y que se encuentran en cada esquina del museo. 

Fachada principal del Museo Judío de Berlín

Pasillo del exilio del Museo Judío
Entre los espacios significativos del Museo Judío destacan especialmente la "Torre del Holocausto", una pequeña construcción anexa en forma externa aparentemente de chimenea, sumida en la oscuridad, un lugar muy polémico pues al entrar, la angustia, la oscuridad, el silencio, el vacío, el frío que sentimos... Todo transmite desasosiego. ¿Es lícito evocar la muerte de seis millones de personas con una experiencia sensorial de la que puedes salir en cuanto quieras? Ellos no pudieron salir.. ¿Es lícito crear angustia artificial en el visitante como un reclamo? No seré yo quien dé respuesta, pues es múltiple y variada. Solo diré que me sentí extraño, desamparado y se me enfrió el alma en aquella oscura estancia. 

Algunos objetos expuestos en el interior del Museo Judío

Techo del patio del Museo Judío de Berlín
Otra parte del museo muy significativa es el "Jardín del Exilio", una zona compuesta por 49 bloques de hormigón con un estilo parecido al del Monumento al Holocausto, pero más alto y más estrecho, aunque lo más impactante para mi fue la irregularidad del suelo, un suelo en pendiente, rugoso, un suelo en el que nunca puedes sentirte seguro, en el que un paso en falso es lo normal, un suelo que transmite zozobra e inseguridad, como alguien que se tiene que ir al exilio, a un lugar desconocido que no sabe lo que la vida le va a deparar... Me pareció una recreación muy acertada y creo que el autor consigue transmitir sentimientos muy parecidos en mi a lo que perseguía. No pude evitar acordarme de los españoles que tuvieron que abandonar su casa tras la Guerra Civil Española, de los judíos alemanes que emigraron forzosamente y de todos los refugiados del mundo que se ven obligados a enfrentarse a las inseguridades de lo desconocido por amenazas tan grandes que son difíciles de imaginar.
Memorial "Void Void" de Daniel Libenskind

Y por último, destacar el "Void Void", un callejón en el que se extienden en el suelo alrededor de 10.000 chapas redondeadas de acero, con formas distintas de caras que producen un estremecedor ruido al pasear sobre ellas. Recuerda el sonido de sus gritos y lamentos. Hablan por si solas y es muy difícil avanzar entre ellas. Hay gente que no puede hacerlo de la impresión. Si miras al frente ves la oscuridad y sabes que significa muerte. Si miras hacia arriba hay un inmenso e irregular espacio vacío que recuerda la incertidumbre, la nada, las locuras y cosas ilógicas de la vida. Si miras a los lados el frío hormigón gris te causa desazón. Y si miras las caras que pisas, sus quejidos te estremecen el corazón. Una experiencia muy intensa que te hace pensar. Fue una obra añadida a posteriori, pero bajo mi criterio, muy acertada. 

Después de visitar este museo estoy absolutamente convencido de que este edificio, te habla. Y además te habla directamente al alma. Un hito arquitectónico. Una experiencia sensorial que no hay que perderse,

Pero para mi el plato fuerte del viaje fue lo que vivimos y visitamos el jueves día 19, el Campo de concentración de Sachsenhausen, en las afueras de Berlín, cerca de la estación de Oranïenburgo. Pasamos allí todo el día y tuvimos una guía magnífica, que hablaba muy bien el español. Consiguió hacer que ocho horas de visita se pasaran en un suspiro. Un diez enorme para ella como guía y comunicadora. Muchas gracias.

El grupo de docentes en el exterior del memorial de Sachsenhausen, al fondo el edificio donde se falsificaban los billetes
El campo estaba, en un principio, en el interior del pueblo, aunque luego se separó un poco del mismo. Tiene un plano triangular, con el eje coincidente con el edificio principal desde el que se controlaba todo el campo. La sensación de que en cualquier momento te podían disparar era asfixiante para todos los que estaban en el campo, pues una Torre de madera que coronaba el edificio principal y una gran metralleta lo presidía todo. A esto se le llamaba el "panopticon" (el todo lo veo). Y en la puerta de barrotes que daba acceso al campo se podía leer la frase "Arbeit Macht Frei". Para mi, la primera vez que atravieso una puerta con una frase que tanto significado tiene y tanto malo evoca.

Puerta de hierro de acceso al patio principal del campo.

Sachsenhausen
 estuvo activo desde 1933 para acoger primero, prisioneros políticos y delincuentes comunes, para derivar luego en lo habitual de un campo nazi: judíos, testigos de Jehová, prisioneros de guerra rusos y de otros países, exiliados españoles como por ejemplo Largo Caballero, homosexuales y un largo etcétera. Fue un ejemplo del que presumían las autoridades nazis y que incluso llegaron a enseñar a delegaciones extranjeras que querían copiar el modelo, como la encabezada por los dirigentes franquistas José Finat o Serrano Suñer en 1940, guiados por el mismísimo Himmler, jefe de las SS. Y no solo era un campo de concentración, también era un campo de formación para las nuevas generaciones de soldados y miembros de las SS que aquí se adiestraban. Muchos de ellos, los que demostraban mayor dureza y crueldad, eran destinados a los Einsatzgruppen, destinados a exterminar a todos los judíos de Europa en el avance contra la URSS de la operación Barbarroja, los funestos protagonistas del llamado "Holocausto por Balas". 


Torre Blanca que domina todo el campo de Sachsenhausen

El trabajo os hará libres.
Se calcula que los presos en este campo duraban alrededor de 6 u 8 semanas antes de morir o ser asesinados. Los trabajos forzados, la mala alimentación, las torturas y los abusos, el frío y todas las aberraciones que se puedan imaginar, hicieron que la resistencia humana alcanzara límites inauditos. Se calcula que de 200.000 prisioneros que pasaron por aquí fueron asesinados alrededor de 60.000, sin contar los no anotados, los que solo venían para morir y no eran registrados, lo que los especialistas llaman "prisioneros de noche y niebla". Se calcula por encima que pudieron ser alrededor de unos 7000, provenientes de la resistencia francesa fundamentalmente, a quien se les asesinaba nada más llegar para dar ejemplo al resto de personas que pudieran pensar en plantear una mínima resistencia a los alemanes.

Plano del campo.

Torre de madera donde estaba ubicada la ametralladora
En este campo había desde una prisión con celdas de aislamiento para presos "especiales", enfermería, un burdel, barracones para judíos y otros prisioneros, enfermería en la que más que curar se hacían experimentos médicos por ejemplo, con niños para probar una vacuna para la hepatitis... Había una cocina, una lavandería, unas naves llamadas la zona de trabajo de la fábrica de aviación Heinkel, fábricas con unas condiciones de insalubridad difíciles de explicar con palabras. Había una nave donde se falsificaban billetes que pretendían ser introducidos en Inglaterra para hacer caer su economía por la inflación descontrolada que provocaría el aumento repentino de billetes en circulación. Estos prisioneros, artistas en su mayoría, tenían unas condiciones de vida un poco mejores y vivían en barracones separados. Y por supuesto, las instalaciones relacionadas con el exterminio masivo y organizado, más apartadas y ocultas a la vista: una pequeña cámara de gas, un paredón de fusilamiento, un cuartito en el que aplicaban el método de asesinato de la vara de medir y el tiro en la nuca. Junto a estas instalaciones, los hornos crematorios. Un lugar que te hiela la sangre.

Alambrada electrificada que protegía el perímetro del lager.

Pista de diferentes rugosidades que servía para probar botas y zapatos hechas de distintos materiales

Desde cualquier punto del campo puedes ser vigilado desde la Torre y estás expuesto a un disparo certero.

En cuanto a la explanada principal donde se pasaba lista y se hacía el recuento, una pista de piedra lo rodea todo y que servía para probar botas. Las empresas alemanas que realizaban botas para el ejército, ante la escasez de cuero propia de una guerra, debían probar con otros materiales. Y comprobaban la resistencia de los mismos poniéndoles esas botas a los presos (la mayor parte de las veces más grandes o más pequeñas que su propio pie) haciéndoles andar horas y horas hasta morir de agotamiento, para inmediatamente después poner a otro preso a hacer lo mismo y averiguar como era el comportamiento de las botas ante distintos materiales y condiciones climáticas de calor, hielo, nieve, agua, frío... Una crueldad más que no deja de sorprenderte. 

Torre Blanca de Sachsenhausen
Por aquí pasaron 193 republicanos españoles de los que tenemos constancia de la muerte de, al menos, 28 de ellos. Algunos sobrevivieron, otros fueron deportados a otros campos, de otros perdimos la pista... Muchos que formaban parte de la resistencia francesa y que fueron apresados pasaron a engrosar la inexistente lista de prisioneros de noche y niebla, asesinados nada más llegar al campo y jamás registrados.... Una experiencia escalofriante, pero fundamental para poder entender la magnitud de lo que tratamos de explicar al alumnado.
Instalaciones de exterminio del campo de Sachsenhausen

El conjunto del campo de Sachsenhausen funciona como un memorial que recuerda todas aquellas personas que pasaron por allí o que perdieron la vida. Hay infinidad de placas, hay un monumento central en el eje de la torre pero al otro lado de campo que fue realizado por la RDA y que recuerda a los soldados rusos que liberaron el campo o que allí perdieron la vida. Un enorme monolito cargado de simbología política comunista y antifascista. Pero el gobierno alemán actual ha pretendido hacer algo más completo, mucho más didáctico. Ha mantenido los barracones o los ha reconstruido tras sufrir ataques incendiarios de grupos neonazis que pretenden borrar las huellas de la memoria, ha hecho paneles explicativos y exposiciones por zonas, que pretenden explicar desde múltiples perspectivas cómo fue la vida en el campo. 

Salimos de allí de noche, con frío. Con el corazón encogido y los sentimientos a flor de piel.

Por la tarde tratamos de despejarnos un poco y paseamos por Berlín, visitando algún mercadillo navideño, la puerta de Brandenburgo en Under Ben Linden, Friedrich Strasse y el centro de Berlín. Pudimos tomarnos una cerveza o un vino caliente y una salchicha típica alemana. Un poco de evasión y diversión la verdad es que nos vino muy bien.

Puerta de Brandemburgo, el emblema de la nueva Alemania.

Al día siguiente, el último de curso, visitamos los lugares de memoria de Berlín, comenzando por la Plaza de Baviera, donde un artista ha colocado unos símbolos y unas leyes/prohibiciones contra los judíos alemanes que vivían en este barrio a través de dibujos evocadores en las farolas repartidas por todo el barrio. La chica que nos guiaba nos explicó mediante una dinámica grupal, cuales eran esas imitaciones y como fueron afectando poco a poco la vida de las personas que vivían en el barrio. 

Memorial en recuerdo de los judíos de Europa asesinados durante el nazismo.

Callejones interiores del memorial a
los judíos de Europa
Posteriormente caminamos por el centro visitando los memoriales más conocidos. El más grande y significativo es el memorial que recuerda a todos los judíos de Europa que murieron en el Holocausto. Una enorme explanada con miles de bloques de granito oscuro, todos del mismo tamaño pero de diferente altura, con un suelo ondulado e irregular, dispuestos cual tablero de ajedrez. Un lugar evocador, pero que colectiviza. Habla de números y no de personas. Y eso no me acaba de convencer. Y más aún cuando me contaron el tema de la pintura. Para evitar que grupos neonazis vinieran aquí a hacer pintadas ofensivas se decidió pintar todos los bloques con una pintura especial antigrafitis. Hasta aquí todo normal e incluso apropiado. El problema fue que la empresa que desarrolló dicha pintura y que se enriqueció con ello, era la misma empresa que trabajó para el régimen nazi en otros productos químicos, como por ejemplo la fabricación del gas Zyclon B, usado en los gaseamientos masivos. Es difícil de asimilar que un memorial en memoria de los asesinados en las cámaras estén recubiertos de pintura realizada por dicha empresa, pero el gobierno alemán determino que si se le prohibía a esa empresa participar en la economía y la productividad del país, también debería parar OPEL, Siemens, Volkswagen y tantas otras. Y la economía del país debe seguir adelante. Alemania debe mirar al frente. ¿Cuestionable? ¿Acertado? ¿Discutible? ¿Escabroso? A mi me parece al menos, una falta de tacto enorme. 
Memorial de los Homosexuales

Junto al monumento, cruzando una calle y en el interior de un parque está el Memorial de los Homosexuales. Otro bloque de hormigón del mismo color y con el mismo revestimiento, con una pequeña ventana en el que se puede uno asomar y ver una pantalla de televisión que emite un beso entre hombres y entre mujeres con imágenes de fondo que evocan el Holocausto y la persecución sufrida. Y un poco más allá del mismo parque, junto al Reichstag (el parlamento alemán con una espectacular bóveda transparente de cristal visible desde diferentes puntos de la ciudad y que sucumbió pasto de las llamas en los tiempos de Hitler) el Memorial de los Roma-Sinti, los gitanos que también fueron exterminados en el Holocausto de forma sistemática. Un pequeños espacio rodeado de placas, césped y un pequeño estanque en el centro rodeado de piedras por las que pisas mientras lees los nombres grabados en su superficie de todos los campos de concentración y de exterminio en los que fueron asesinados muchas miles de personas. 

Memorial de los Roma-Sinti, junto al Reichstag (ahora Bundestag).
En el centro un triángulo en el que cada día luce una flor de distinta especie en honor de los asesinados.

Lugar donde se ubicaba el bunker de Hitler
También pasamos por el lugar donde se encontraba la cancillería del Reich, es decir, las oficinas del Führer, que hoy en día son un bloque de edificios de alquiler, con restaurantes multiétnicos en sus bajos comerciales. Un poco de justicia poética nunca viene mal. El lugar donde daba sus discursos y trabajaba el monstruo xenófobo más grande y conocido de la Historia, ahora es un homenaje a la diversidad cultural, étnica y gastronómica. Y muy cerca el búnker de Hitler donde se suicidó. Hoy en día, justo encima hay un parque donde los niños juegan, Solo una pequeña placa donde se explican los mitos y leyendas sobre la muerte del Führer y sobre el Führerbunker, recuerda este lugar, que no se pude visitar porque se estaba convirtiendo en un lugar de apología neonazi. 

BebelPlatz, lugar de la quema de libros de autores judíos.
La plaza Bebel, entre la ópera y la facultad de leyes de la Universidad Humboldt, fue el lugar en el que el régimen nazi hizo una quema pública de libros de autores judíos, arrojados al centro de dicha plaza adoquinada: Marx, Freud y muchos otros ardieron pasto de las llamas. Poco después se hizo célebre la frase del poeta alemán que decía que "allí donde se queman libros, se acabarán quemando personas". ¡Cuánta razón tenía!


Lienzo del Muro de Berlín  que se conserva frente al edificio
de la Gestapo, la SD y las SS, en Prinz Albert Strasse.
Check Point Charlie
Y acabamos nuestra visita en el Check Point Charlie, una parte importante de la historia de Berlín, ligada al Muro que la separó durante décadas. Un buen lienzo de dicho muro se conserva frente al edificio del ministerio de Aviación que se conserva prácticamente intacto, ya que no se quiso bombardear antes de la invasión pensando que albergaría mucho información sobre armas nuevas y avances técnicos del ejército alemán. A la otra parte del muro, el solar del edificio que albergaba la policía secreta del régimen. La GESTAPO, las SD y las SS. Lugar de detenciones, torturas y demás atrocidades. Base de monstruos como Heydrich, Eichmann, Himmler y compañía. Todavía se pueden ver algunos de los cimientos de las habitaciones de interrogatorios y tortura. Un lugar que produce escalofríos. Si las paredes pudieran hablar en este lugar chillarían enloquecidas evocando tanto dolor, tanto sufrimiento, tanta barbarie.

Parte del Muro y edificio del Ministerio de Aviación.
Y encima la exposición que nos habla con mayor detalle en todo Berlín de los perpetradores, de los asesinos, de cómo se llamaban, quiénes eran, cómo accedieron al poder, cómo se manejaban, cuáles eran sus métodos y atrocidades... La exposición Topografía del Terror no nos dejó indiferentes. Recorrer sus paneles repletos de información y fotografías es necesario a pesar del desasosiego que produce. 

El curso tocaba a su fin y solamente quedaba una tarde antes de volver a casa. Era la hora de las compras de recuerdos para la familia, de la última cerveza, de probar el codillo de cerdo alemán y de visitar los últimos lugares de interés como la Catedral, el Ayuntamiento Rojo, la isla de los Museos, el hotel Adlon, la Ópera, AlexanderPlatz y su torre de comunicaciones de 300 y pico metros, otro mercadillo navideño más... Una noche en la muy agradable compañía de mis compañeros/as para despedirnos de Berlín.

Vista desde la cúpula de la Catedral de la Torre de comunicaciones, el Ayuntamiento Rojo
y el mercadito navideño ubicado entre ambas
Isla de los Museos de Berlín vista desde lo alto de la cúpula de la Catedral



Fachada de la Catedral de berlín
Fachada del Altes Museum o Museo Antiguo que alberga una colección de reliquias de la cultura griega, romana y etrusca

En definitiva, una experiencia vital inmensa, de profundo aprendizaje y sentimientos a flor de piel. Creo que he sacado mucho provecho de la experiencia y trataré de aplicarlo en mis clases, como siempre intento en todos los eventos de formación a los que asisto.

Muchas gracias al Centro Sefarad-Israel y a la Casa Wannsee por la oportunidad, por el excelente trato recibido y por la hospitalidad. 

Gracias al Colegio Sagrada Familia PJO por permitirme asistir al curso de formación. Gracias a mi familia por dejarme escapar unos días de las obligaciones propias de la casa y el cuidado de los hijos, en especial a mi mujer, que asume la carga de trabajo derivada de mi ausencia. 

Y muchas gracias al grupo de compañeros/as que me han acompañado en este experiencia. Hemos forjado un vínculo que presumo será duradero y provechoso. Me he sentido como en familia y en parte ha sido por la calidad humana de todos y cada uno. Espero volver a coincidir en más ocasiones con vosotros. 

El grupo en la Puerta de Brandemburgo (menos Lluis y Pablo)
Ahora, en días de familia y descanso, aprecio mucho más la suerte que tengo de vivir en una sociedad democrática, de derecho, en paz y libertad. Lucharé para que dure el mayor tiempo posible, corrigiendo sus imperfecciones, que las hay y son muchas, pero sin intención de hacerla caer, pues he visto la cara de lo que puede pasar si, de nuevo, un régimen totalitario volviera a tomar las riendas de nuestras vidas.

La memoria nos hará libres. Recordemos pues y no olvidemos jamás lo que el ser humano descontrolado, es capaz de hacer.