Italia es un lugar imprescindible para todo viajero que se precie, especialmente a nivel artístico, histórico y cultural. Incluso religioso. Todo el mundo debería visitar al menos una vez en la vida (o más a ser posible) Roma, Venecia, Florencia, Pompeya e incluso Milán.
Pero Italia es mucho más: la romántica Toscana con sus pueblecitos y sus viñedos; el norte alpino y el entorno del lago Como; la región de La Marche con sus ducados y sus paisajes de ensueño; el sur y la isla de Sicilia...
Hoy nos vamos a centrar en la capital de la región de la Emilia Romaña, en la ciudad de Bolonia, la puerta hacia el este del país, hacia el mar Adriático. Uno de los principales nudos de comunicaciones de Italia que se sitúa entre el río Reno y el río Sávena a los pies de los Apeninos.
Bolonia es un destino que aún no está masificado, afortunadamente para el viajero y desafortunadamente para la economía local, y que queda fuera de las grandes rutas turísticas italianas.
A Bolonia se la conoce como la Ciudad Roja, por el color de los tejados de los edificios del casco antiguo. También se la conoce como "la Docta" por ser la sede de la Universidad más antigua de occidente. Y como "la Grosa" por ser uno de los lugares de Italia donde mejor se come.
Una ciudad fundada por los etruscos y a la que llamaron Felsina, luego ocupada por los romanos que le llamaron Bononia y que fue una de las paradas principales de la via Emilia. Durante el dominio pontificio en la Edad Media vivió su época de mayor esplendor llegando a ser sede de la coronación del emperador Carlos V por el Papa Clemente VII. Fue ocupada por Napoleón en 1796 y posteriormente por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Una historia muy agitada que ha dejado huella indeleble en todos los rincones de la ciudad.
Detalle de la obra “Entrada triunfal de Carlos V en Bolonia”, Juan de la Corte, principios del siglo XVII. |
Bolonia tiene uno de los cascos antiguos medievales más grandes de Europa, con una característica esencial que la UNESCO ha valorado como Patrimonio de la Humanidad, sus más de 40 km. de soportales o pórticos (portici en italiano).
Y ¿por qué tantos pórticos? Al ser una ciudad medieval amurallada y universitaria, tenía mucha población y necesitaba aprovechar el espacio. Casi todas las familias querían ganar espacio en sus viviendas y construían una habitación más sobre la calle que luego alquilaban a los estudiantes venidos de toda Europa para aumentar sus pocos ingresos. Pero como las calles eran estrechas, debían de hacerlo "en el aire" y así fueron surgiendo los soportales por toda la ciudad. De todos los soportales, el más conocido es el que te lleva hasta el Santuario de San Luca, un pórtico con 666 arcos... Curioso número con reminiscencias diabólicas. La primera de la ciudad... No será la última.
Il portico de San Luca a Bologna |
LOS IMPRESCINDIBLES DE LA MALETA
(ranking de aquellas cosas que consideramos imprescindibles en este viaje)
Número 5
La última Ducati que fue campeona del mundo. |
En cuanto a las 4 ruedas, es la sede y factoría de las dos casas más famosas del mundo de automóviles de superlujo: la casa MASERATI (que en su logo luce el tridente de la fuente de Neptuno que preside la plaza homónima símbolo de la ciudad de Bolonia) y la casa LAMBORGHINI.
La casa Maserati fue fundada en 1914 y hoy es propiedad del gigante de la automoción FIAT, pero ha dado al mundo de la competición coches míticos pilotados por pilotos tan conocidos como Juan Manuel Fangio, el último en hacerlos campeones del mundo de automovilismo.
La marca fundada por Ferruchio Lamborghini ha fabricado desde 1964 coches de lujo, desde el 350GT hasta el último modelo llamado el Aventador Roaster.
Y muy cerca de Bolonia está el autódromo Enzo e Dino Ferrari, en la localidad de Imola, donde se suele celebrar el Gran Premio de San Marino y que da la posibilidad a Italia de albergar dos grandes pruebas de coches y motos anuales.
Número 4
Nos acercamos a la ciudad y como toda ciudad medieval que se precie, podemos imaginar como era su muralla gracias a las puertas que aún quedan. La muralla fue derruida en el siglo XX por el propio crecimiento de Bolonia, pero tenía tres cinturones sucesivos de muros de defensa, desde la época de los etruscos en el sigloVII a.C. El tercer cinturón, del que aún se conserva algún elemento visible y sus puertas, data del siglo XIII y tenía alrededor de 7'5 km. de diámetro.
Pero hay un elemento aún más característico de Bolonia que está presente, aunque solo ya se puede ver una mínima parte, y son sus canales subterráneos. Es una ciudad muy húmeda, que asa a sus habitantes en verano y los congela en invierno. A Bolonia se la conocía como la Piccola Venecia, ya que disponía de una amplia red de canales navegables que se usaban para el transporte de mercancías y hacer girar los molinos, entre otras cosas. Poco a poco se fueron tapando según crecía la ciudad y derivaron en cloacas.
Hoy se puede observar uno de ellos aún abierto, el Canalle delle Molline, y se puede hacer a través de una pequeña abertura que se llama la Finestrella. Una imagen pintoresca que nos transporta a otro tiempo vivido por la urbe. Una parada obligatoria en nuestra ruta.
Nos acercamos a la ciudad y como toda ciudad medieval que se precie, podemos imaginar como era su muralla gracias a las puertas que aún quedan. La muralla fue derruida en el siglo XX por el propio crecimiento de Bolonia, pero tenía tres cinturones sucesivos de muros de defensa, desde la época de los etruscos en el sigloVII a.C. El tercer cinturón, del que aún se conserva algún elemento visible y sus puertas, data del siglo XIII y tenía alrededor de 7'5 km. de diámetro.
La Finestrella del Canal del Molino |
Hoy se puede observar uno de ellos aún abierto, el Canalle delle Molline, y se puede hacer a través de una pequeña abertura que se llama la Finestrella. Una imagen pintoresca que nos transporta a otro tiempo vivido por la urbe. Una parada obligatoria en nuestra ruta.
Número 3
El corazón de Bolonia es sin lugar a dudas, su Piazza Magiore y la adyacente Piazza di Neptuno, el lugar de inicio y fin de todas las rutas que recorren la ciudad. Hay mucho que observar en esta plaza y vamos a destacar unas pocas cosas, pero puedes estar perfectamente casi una jornada entera sin salir de la plaza y no te cansarás de conocer cosas nuevas. Comenzamos:
- Uno de los símbolos de Bolonia es la Fuente de Neptuno o como la llaman los boloñeses Il Gigante, una imponente estatua de bronce obra del escultor Giambologna. Una escultura renacentista que representa a un dios de las aguas desnudo, vigoroso y acompañado de eróticas ninfas que representan la fertilidad de los ríos. El escultor quería representar los atributos del dios de mayor tamaño que lo que la decencia de la iglesia de la época le permitió. pero no se rindió y para salirse con la suya, decidió utilizar el intelecto y un engaño. Usando el pulgar de la mano y colocándole de una manera concreta, consiguió que parezca que Neptuno tiene el pene erecto, y eso solo se puede desde una posición concreta, usando un efecto óptico. Los boloñeses han indicado el lugar exacto desde el cual se puede a observar dicho efecto con una baldosa más oscura que el resto, que pasa desapercibida si no conoces la anécdota. ¡Venga, a mirar el suelo y a buscar la posición! Otra curiosidad de la fuente es que es el punto de reunión de los estudiantes de la Universidad por la noche y existe un rito de obligado cumplimiento para todo aquel que se disponga a realizar un examen en la Universidad, si quiere aprobarlo claro. Se deben dar dos vueltas a la fuente en el sentido contrario a las agujas del reloj si quieres tener éxito en la tarea... Esto rememora las dos vueltas que dio el escultor reflexionando sobre el proyecto de la fuente y la anécdota antes mencionada.
Estatua de Gregorio XIII |
- El Palazzio Comunale es el símbolo del poder de la ciudad. La historia
de Italia nos habla de ciudades estado que competían entre si por el
dominio de amplias zonas en la Edad Media y en la Edad Moderna. Bolonia
era una de ellas y el palacio Comunal su emblema de poder. Era la fortaleza
dentro de las murallas, la ciudadela y último reducto en caso de
necesidad. Por tanto, aún hay restos de ese pasado de función militar, como
los fosos, el basamento salido hacia fuera para evitar que los posibles
atacantes quedaran en un ángulo muerto de visión, etc. Pero claro, tanto
tiempo ha dado pie a un sinfín de reformas, ampliaciones y adecuaciones a
los tiempos actuales. Por simplificar, hoy en día su interior es un gran
museo con muchas obras de valor en su interior. Pero nos centraremos en lo
visible, en la fachada, que preside una colosal estatua de un boloñés
ilustre, Gregorio XIII, el papa que reformó el calendario juliano y lo
adecuó (especialmente corrigiendo el asunto de los años bisiestos que
provocaban un desfase de 11 días -más información haciendo click aquí-) de
tal forma que hoy en día seguimos sus pautas en todo occidente. Sobre el
dintel de la puerta la estatua nos recuerda la figura de una persona
importante en el devenir de la Humanidad. Una anécdota de la estatua es
que, con la invasión napoleónica, los boloñeses querían proteger la
estatua y que esta no fuera convertida en balas de cañón por los franceses
y para ello, pusieron una placa sobre la misma en la que hacían referencia
a San Pedro. Los franceses, creyendo que era San Pedro, el fundador de la
Iglesia, se contuvieron en su afán y la respetaron. El engaño urdido dio
buen resultado ya que aparece representado con la tiara pontificia y las
llaves del cielo en su mano, y Gregorio XIII aún preside la plaza mayor.
Adosado al edificio podemos encontrar la Sala Borsa, una biblioteca
multimedia orgullo de los boloñeses. En su sobrio fachada las fotos de los
mártires partisanos italianos caídos en la invasión nazi, y es que Bolonia
no solo es roja por sus tejados… Hay una esquina que siempre tiene flores,
lugar que usaban los nazis como paredón para los fusilamientos públicos de
dichos resistentes al poder de la esvástica. Un lugar sobrecogedor.
Palazzio de la Podestá |
- El Palazzio della Podestà, es el más antiguo de todos y comenzó a
erigirse en el siglo XIII. Ha tenido muchos usos, entre ellos el de teatro
por ejemplo. Sobre el mismo, el campanario que servía para llamar a
asamblea a los ciudadanos o para avisar de los peligros que se avecinaban.
La curiosidad de este palacio, que también ha sido famosa prisión de
personajes ilustres de cabezas corononadas, está en la base de dicho
campanario, que da lugar a un pórtico de paso llamado el Arco de los
Susurros. Los cuatro santos protectores de la ciudad están ubicado en las
cuatro esquinas de dicho arco pero con la peculiaridad de que en la base
de sus pies se diseñó un sistema de audio propio. Si una persona se coloca
bajo la estatua de un santo cara a la pared y otra en el santo ubicado en
la diagonal contraria, también cara a la pared, por mi bajito que se hable
se escucha perfectamente a pesar de los 7 u 8 metros de distancia que les
separan. Cuentan que así se hizo para las confesiones de los enfermos,
leprosos o apestados, para evitar la exposición directa a la enfermedad de
los sanos. Se podía confesar, hablar y dar paz a las almas sin riesgo de
contagio directo. Ingenioso.
Fachada de San Petronio |
- Pero sin duda alguna el edificio más importante de la plaza mayor es la gótica basílica de San Petronio, un edificio monumental, la quinta iglesia de mayores dimensiones de la cristiandad, con 132 metros de largo y 60 metros de ancho. Inicialmente fue diseñada para superar a la basílica de San Pedro del Vaticano (el tamaño sí que importa). Pero la intervención papal posterior la frenó en seco y se decidió cerrarla con su monumental fachada. Aunque esa es una de sus características principales. Una fachada rica y repleta de bellos mármoles en su parte inferior, pero que al perder importancia y relevancia la ciudad por los avatares de la Historia, tuvo que ser concluida precipitadamente y con materiales baratos, ladrillo principalmente. No obstante, es espectacular y entrar en su interior es un deleite para los sentidos. Fue elegida por uno de los hombres más poderosos de la edad Moderna, Carlos V de Alemania, para su coronación como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico a manos del Papa Clemente VII.
La Meridiana |
- Hay mucho que ver en su interior pero vamos a destacar dos elementos sobre el resto. El primero de ellos es la conocida como la Meridiana. En un pequeño orificio situado estratégicamente sobre el techo de una de las naves laterales se proyecto todos los mediodías un haz de luz que se refleja sobre una línea sobre el pavimento de 70 metros de longitud, indicándonos la posición del sol dependiendo de la época del año. Los geógrafos de la Universidad podían venir a estudiar y observar los solsticios y equinoccios, los paralelos y los meridianos gracias a este ingenioso y sencillo artilugio. El segundo elemento se ubica en una capilla lateral, donde hay un fresco de gran tamaño titulado el Infierno, el Paraíso y la Coronación de la Virgen, inspirado en la Divina Comedia de Dante. Pero su individualidad reside en que está representado Mahoma entre las figuras que residen en el Infierno. Para los musulmanes, representar a Mahoma en imágenes es una ofensa y el fresco ha sufrido ataques y multitud de tentativas contra el mismo. Por tanto está rodeado de fuertes medidas de seguridad.
Parada y fonda
Lo más conocido de Bolonia es sin duda, los tagliatelle al ragú, con la famosa salsa
de tomate y carne picada que todo el mundo conoce como salsa bolognesa. Por algo será. No pidan
ustedes salsa boloñesa en Bolonia. Ahora que ya conocen el secreto pidan
correctamente. O hagan ustedes lo que quieran que son dueños de sus palabras…
En definitiva, una pasta al dente, una salsa espectacular… Imprescindible. Pero
si van a etar más tiempo y quieren probar otros platos, recomendamos los tortellini in brodo (en sopa) que están
muy ricos.
También es imprescindible probar la mortadela, originaria de Bolonia, que es
mucho más sabrosa y grande que la que estamos acostumbrados a comprar en los
supermercados. Y a pesar de que es de la vecina Parma, aquí también se elabora
un delicioso queso parmesano y el famoso prosciutto
(jamón).
Y si tan solo le apetece un tentenpie, hay una
pastelería-cafetería espectacular llamada Gamberini en la Via Ugo Bassi que,
como yo, recordarán con la boca hecha agua tiempo después.
Dulces de Gamberini |
Número 2
Otro de los emblemas de la ciudad, mucho más visible
por razones obvias, son las Dos Torres. No vamos a hacer la fácil referencia a
Tolkien, porque son mucho más antiguas y reales. Las dos torres son simplemente
las más altas de la ciudad, pero hay muchas más. Las familias boloñesas, no muy
bien avenidas entre si y proclives a las disputas por el control de la ciudad, construían palacios-fortaleza donde
refugiarse cuando las disputas intestinas se iban de las manos. Además de ser
elemento defensivo, también eran símbolo de poder y de prestigio. A mayor
altura y solidez, mayor poder y prestigio para la familia. Una vez más, el
tamaño sí que era importante para los boloñeses. Como símbolo fálico también
tendría un recurrente comentario que voy a obviar, aunque es muy difícil
abstraerse.
Las torres tenían las puertas ubicadas a varios metros
de altura y a ellas se accedía por una pasarela de madera. En caso de
necesidad, se cerraba la puerta, se derruía la pasarela y el acceso para los
enemigos se complicaba, un factor de tranquilidad para sus moradores.
Las dos torres. |
Número 1
El edificio y la institución más importante de Bolonia
es sin lugar a dudas su Universidad, el Alma Mater Studiorum, la universidad
más antigua de Occidente fundada en 1088. En la actualidad se ha revitalizado
su nombre y todos los que andamos vinculados al mundo educativo y/o
universitario hemos oído hablar del plan Bolonia, gestado entre estos muros,
que rige los designios de la educación europea en la actualidad. Y no fue
casualidad elegir este lugar para tal fin.
Aula Stabat Mater |
Escudos heráldicos de la Universidad |
Archigimnasio |
Pero la estancia más interesante del edificio es sin
lugar a dudas el Archigimnasio, un teatro anatómico donde se impartían las
clases de anatomía y se diseccionaban los cadáveres. Tiene forma de anfiteatro
y está recubierta de madera. La presiden un buen número de estatuas entre las
que destacan la de los dos médicos más conocidos de la Historia, Hipócrates y
Galeno. Un lugar imprescindible y de obligada visita a pesar de los tres
euritos que cuesta acceder. Una buena inversión.
Piazza Santo Stefano |
Pero nos reservamos todos estos lugares para una
próxima ocasión, porque estamos seguros de que volveremos a Bolonia.
Ciao.
¡Muchas gracias, felicitaciones!
ResponderEliminarQueda perfectamente representada Bolonia y su espíritu. Sólo falta resaltar la amabilidad de su gente para con el visitante. ¡Saludo cordial!
Gracias. Si que es cierto que son gente muy amable. Incorporaré dicha sugerencia al post en cuanto tenga oportunidad.
EliminarUn saludo